La elección del material para el techo de una vivienda suele ser una de las decisiones más difíciles de la construcción, ya que puede ser la etapa que requiere de mayor inversión económica. Por lo tanto, es recomendable conocer los pros y contras de cada una de las opciones.
En este caso, hablaremos de los techos de madera, un material muy noble que suele estar dentro de los favoritos y puede utilizarse tanto para estructuras enteras como para revestimientos o cielo raso. Es un recurso orgánico, que deja poca huella de carbono y que, cuando se presenta en su estado más puro, se integra a la perfección en los entornos naturales.
Ventajas de los techos de madera
- Es un material liviano que no resiente la estructura de la edificación, ideal para las construcciones de varios niveles.
- Es un eficiente aislante térmico y acústico.
- Es una opción ideal para casas prefabricadas o construcción en seco, ya que pueden prepararse las piezas en la fábrica y llegar al lote listas para su ensamblaje.
- Los techos de madera pueden revestirse con cualquier tipo de cubierta o cielo raso, como tejas, chapas, entre otras.
- Puede usarse para todas las variedades de techos: planos, inclinados, abovedados, a dos y cuatro aguas.
- Es un material flexible y, por lo tanto, tiene un alto coeficiente antisísmico, ideal para regiones con movimientos frecuentes.
Desventajas de los techos de madera
- La madera puede deformarse con facilidad y presenta poca resistencia a impactos fuertes.
- Es un material combustible, sobre todo si no se le aplicó algún tipo de tratamiento para hacerla menos inflamable.
- Es susceptible a ataques de agentes orgánicos como insectos, hongos, etc.
- Es un material higroscópico, es decir, absorbe agua y humedad, lo cual hace que se contraiga y se expanda, variando su volumen.
El mantenimiento evita dolores de cabeza
Por suerte, para quienes eligen los techos de madera, hay opciones de tratamientos que ayudan a disminuir el impacto de los puntos desfavorables de este material. El mantenimiento específico, de manera periódica, previene la humedad, el desgaste de la luz solar, la aparición de insectos, hongos y moho.
El primer paso siempre es lijar la superficie siguiendo el sentido de las vetas. Luego se recomienda colocar pesticida para evitar que la madera sea presa de plagas. Y, finalmente, se podrá aplicar capas protectoras de diferentes productos como pintura, barniz, plastificado o simplemente cera. Lo ideal es repetir estos procesos cada tres años.
En definitiva, los techos de madera son una opción más que viable para el hogar residencial, por lo que se han convertido en una de las principales tendencias constructivas de la actualidad. Lo más importante es comprar materiales de calidad y contratar personal capacitado para realizar la instalación.