El estuco es una pasta compuesta de cal, yeso, cemento, arena de mármol y pigmentos naturales, que se aplica sobre las paredes y techos como elemento decorativo. El estuco reviste las paredes otorgándoles una textura lujosa, suave y brillante, ideal para embellecer paredes y techos.
El estuco reviste las paredes otorgándoles una textura lujosa, suave y brillante, ideal para embellecer paredes y techos.
Su aplicación consigue un efecto similar al mármol con una textura aterciopelada que recuerda a las piedras naturales. Además, el estuco no sólo tiene resultados estéticos sino que también refuerza las paredes y las impermeabiliza impidiendo que se concentre moho y humedad.
Se trata de un material muy versátil que favorece el moldeado y tallado de formas. Se puede aplicar sobre cemento, yeso o madera. Se le pueden añadir diferentes tintes y variar la intensidad del color en cada capa para lograr acabados degradados, lo que aumenta las posibilidades artísticas y decorativas de este material.
¿En qué consiste la aplicación del estuco?
Para estucar una superficie primero debemos tener preparada la pared o techo en la que se aplicará el estucado. Para ello habrá que tapar con masilla los huecos y desperfectos que tenga y lijar la pared hasta que permanezca totalmente uniforme y lisa. Después habría que extender la primera capa de estuco sobre la pared. Esta capa deberá ser muy fina y se extenderá con una llana de acero. A continuación y sin dejar secar la primera capa, aplicaremos una segunda moviendo la llana en diagonal. Una vez secas estas dos capas, con una espátula se añadirá estuco en forma de manchas y en diferentes tonalidades dependiendo del efecto que estemos buscando. Por último, se aplicará una cera final con movimientos circulares para sacar el brillo y textura.